La I Feria del Cómic de Madrid conquista al público y supera todas sus expectativas

Miles de visitantes de todas las edades y preferencias lectoras llenan Matadero Madrid durante cuatro días dedicados al cómic y una facturación cercana al millón de euros.

La primera edición de la Feria del Cómic de Madrid, celebrada del 27 al 30 de marzo en Matadero Madrid, ha superado todas las expectativas en cuanto a afluencia y ventas. Durante cuatro días, lectores, creadores y profesionales se han volcado con esta nueva cita del calendario cultural madrileño, que llega para quedarse, confirmando que la ciudad tenía muchas ganas de una feria comercial dedicada íntegramente al cómic.

 

Durante el fin de semana, el recinto ha recibido una afluencia constante de visitantes, venidos también de otras provincias, especialmente la zona de las casetas destinada a la venta de libros, en la Plaza Matadero, que ha desbordado todas las previsiones. «No sé cuánta gente habrá pasado, pero la percepción que tenemos todas las librerías es que ha venido mucha más gente de la que pensábamos. Creo que había muchas ganas», señalaba Javier Garrido, librero de Alcalá Cómics. «He visto al público entregado», afirmaba Cristina García, de la librería El Faro. Dicha afluencia ha generado un volumen de negocio cercano al millón de euros.

 

Entre las preferencias de los lectores y lectoras ha estado el cómic europeo, aunque se han vendido muy bien también títulos infantiles y manga. Desde el viernes 28 por la tarde, los expositores vieron resentir el stock de sus casetas y han sido constantes las idas y venidas a sus establecimientos para reponer algunos de los títulos más demandados.

El ambiente ha sido descrito por muchos de los expositores como «una auténtica fiesta del cómic». El buen tiempo también ha contribuido al éxito de esta primera edición. Tras varios fines de semana de lluvia en Madrid, Matadero se ha convertido en punto de encuentro de lectores y lectoras de todas las edades, familias, fans de siempre y curiosos que se han acercado por primera vez al mundo del cómic. «Viene mucha gente de paseo, viendo qué puede comprar, y compra», apuntaba Daniel Coronado, de la librería Otaku Center.

 

La Feria ha reunido a una cincuentena de expositores que han ocupado durante cuatro días las 36 casetas instaladas en la Plaza Matadero, con representación de 10 librerías especializadas, 14 generalistas, y más de una veintena de editoriales independientes y sellos de grandes grupos. En este entorno único para un evento de estas características, la venta de cómics ha convivido con los 30 eventos programados —entre charlas, mesas redondas, programas de radio y pódcast en directo y talleres—, que han agotado su aforo en la mayoría de los casos, y más de 200 sesiones de firmas protagonizadas por más de un centenar de autores y autoras.

 

El cómic ha permeado otros lenguajes narrativos como el cine. Desde el primer día, Cineteca ha acogido propuestas cinematográficas que han propiciado el diálogo entre los dos universos artísticos, desde la proyección de Here (Robert Zemeckis, 2024), adaptación de la obra de Richard McGuire, hasta la última sesión del ciclo Autoras de cine, autoras de cómic, ciclo coordinado por Elisa McCausland y Diego Salgado, coautores del ensayo Viñetaria

Más allá del nicho: nuevos lectores, nuevas miradas

Uno de los aspectos más celebrados ha sido la diversidad del público visitante, tanto en edades como en intereses. Cristina López, de la librería Vino a por Letras (Getafe), que ha gestionado la caseta junto a su hermana Silvia, ha destacado que «mucha gente que no lee cómics ha querido dejarse aconsejar para probar algo distinto, y me ha sorprendido la cantidad de gente mayor interesada en la novela gráfica». Como para otras de las 12 librerías generalistas que han participado en esta edición, y tras comprobar el potencial comercial del noveno arte, esta feria supone un antes y un después para ellas. Han podido constatar que su compromiso por el cómic debe crecer: «Quizás no hemos sido conscientes antes de ello en la librería y deberíamos poner también el foco ahí, porque aquí hemos traído cosas que fundamentalmente nos gustan a nosotras», concluye la librera de Getafe.

 

La programación, diseñada por la periodista, crítica y escritora Elisa McCausland, se ha distinguido por su especial mirada y por no centrarse en presentaciones al uso de novedades editoriales. La vertiente comercial ha estado plenamente representada en las casetas de la Plaza Matadero, mientras que las actividades han puesto el foco en los aspectos más reflexivos del medio, con un espacio específico para la crítica, la difusión, la investigación y el pensamiento sobre el cómic. Esta orientación ha sido bien recibida por el público y ha dotado a la primera edición de la Feria del Cómic de una identidad propia.

 

El cómic alternativo y el fanzine madrileño también ha tenido su espacio en la I Feria del Cómic de Madrid. Una de las casetas —rotulada en blanco sobre fondo azul como Territorio Fanzine—, fue gestionada por varios colectivos, como el Grupo Rantifuso. Juan Fender, uno de sus miembros, ha señalado: «El emplazamiento es idóneo. Nos hemos organizado bien para sacar la caseta adelante entre varios, aunque nos faltó tiempo para preparar mejor su contenido. Aun así, ha sido una experiencia positiva».

 

Vocación de continuidad

Organizada por la Asociación de Librerías de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, y con la colaboración de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez / Casa del Lector, la Feria del Cómic de Madrid ha nacido con vocación de continuidad. El modelo de feria, ubicación y duración han sido bien valorados por los expositores, que también proponen pequeñas mejoras como contar con una hora de descanso al mediodía.

 

Asimismo, desde la organización no solo se destaca el éxito de participación, ventas y la gran acogida de esta primera edición, sino que también agradece el apoyo de las instituciones implicadas.

 

Las valoraciones coinciden en destacar la excelente acogida de esta primera edición y el deseo común de que se convierta en una cita anual imprescindible. «Esta feria demuestra que el cómic vive un momento de efervescencia, creatividad y diversidad, y que hay un público dispuesto a dejarse sorprender», concluyen desde la organización.